El Museo Marítimo de Asturias recibe durante estas semanas a cientos de visitantes de colegios asturianos. Ayer le tocó el turno a los alumnos del centro Santo Ángel de la Guarda de Gijón, ubicado a pocos metros del barrio de Cimadevilla.

Los pequeños visitantes, de siete años, llegaron al centro museístico luanquín hacia las diez y cuarto de la mañana y se lo pasaron a los grande en los talleres que organiza el Marítimo con los escolares.

Mientras un buen puñado de niños se dedicaba a montar, encolar y pintar una maqueta de un barco pesquero, el resto visitaba las instalaciones del centro acompañados por la documentalista del centro, Pilar Carrasco, que hizo las veces de guía.

«Los niños pidieron además ver la exposición del Titanic y les pusimos la proyección que preparamos desde el museo para la muestra, y algunos alumnos se emocionaron y lloraron», explicó la documentalista del centro ubicado en la calle Gijón de Luanco, que manifestó además: «Las visitas de escolares se mantendrán hasta mediados de junio». Durante su estancia en el Marítimo, los pequeños también pueden aprender a hacer nudos marineros y dar un viaje en el tiempo por aquellas épocas en la que la pesca era el principal motor económico de las villas asturianas. Entre aparejos, lanchas y diversas «joyas» del mundo marítimo, los escolinos gijoneses pasaron la mañana y regresaron a su colegio pasadas las doce y media. El desarrollo de estas actividades para escolares es una de las fuentes de financiación más importantes del museo.