Sobre el escenario y sus alrededores lucían los murales que los alumnos de todo el colegio habían elaborado en un proyecto para sensibilizar sobre los peligros de un excesivo consumo tecnológico. Y tras recibir la pregunta de uno de los alumnos de 2º de Bachiller del colegio Marista Auseva, Caddy Adzuba, pidió a los presentes que levantasen al aire sus teléfonos. "¿Sabéis qué es indispensable para la fabricación de los móviles?", preguntó la congoleña, ganadora del premio "Príncipe de Asturias" de la Concordia de 2014, que ayer participó en Oviedo en varios actos para promover la defensa de los Derechos Humanos. "Coltán", respondió la audiencia, conocedora gracias a los trabajos que habían hecho en clase de las condiciones que se sufren en las minas.

Aún así, las palabras de Adzuba sorprendieron a todos: "Lo extraen chicos como vosotros". Y pintó después un relato de explotación infantil que conmovió a los presentes. Contó que duerme tres horas y media al día por que recibe con asiduidad y desde muy temprano a mujeres cuyos hijos e hijas han sido raptados por grupos armados. También como tiene que luchar contra la corrupción para defender sus derechos y que, además de todo eso, tiene que cumplir con las obligaciones de su trabajo como periodista. Habló de los secuestros de chicas para esclavizarlas sexualmente y de chicos que pasan a las minas o se convierten a la fuerza en niños soldado. Del sufrimiento de su país, la República Democrática del Congo, que arrastra un conflicto armado que ya ha dejado 6 millones de muertos y el oscuro negocio del coltán. "Intentar no cambiar demasiado de teléfono. Que os dure por lo menos diez meses", destacó la abogada y periodista. Y también les propuso que se pusieran en contacto con un colegio congoleño para crear una plataforma contra la esclavitud infantil: "Lo que estáis haciendo es maravilloso y tenéis que darle visibilidad".

"Vamos a intentarlo", destacó el profesor Iván Gallego, quien se encarga de coordinar "Auseva se moviliza". "Ya conocemos la problemática gracias a Caddy y al proyecto que hemos desarrollado y hay que actuar", dijo. La activista también contó a los presentes que la guerra le "robó la infancia" y que entró en derecho para luchar contra los abusos contra mujeres y niños. Una labor que desarrollaría después y le valdría el Premio Príncipe. Un galardón que tal y cómo había dicho antes en el Ayuntamiento, donde fue recibida por la corporación y firmó el libro de visitas, ha permitido que "hoy todo el mundo sepa lo que ha tenido que sufrir la mujer congoleña". Explicó también que el presidente actual aún no ha convocado elecciones y existe riesgo de guerra civil. Por la tarde continuó ganando adeptos para la defensa de los derechos humanos con una charla en el Auditorio Príncipe de Asturias a la que acudieron unas 400 personas. Se agotaron los equipos portátiles para seguir, en francés, la voz de los que sufren en la República del Congo.