Los "periquitos" de las Pelayas salen por primera vez del monasterio. Las monjas benedictinas son custodias de tradiciones milenarias pero también saben de innovación y, casi, emprendimiento. Parte de eso explica que este año, por primera vez, hayan puesto a la venta para todo el público unas pequeñas galletas que hasta ahora sólo disfrutaban las monjas y que están vinculadas por una tradición medieval con la llegada de la Navidad y el tiempo del nacimiento de Jesús.

El "periquito", como la denominan las Pelayas, es una galleta pequeña, sin más peculiaridad que una receta sencillísima de harina, mantequilla y azúcar y su forma redonda, dibujando la "O" de las invocaciones de la antigua liturgia de las "antífonas mayores". Estos cantos, propios del final del adviento, hacen un llamamiento a Cristo en los distintos nombres en los que se le conoce en las Escrituras (Sabiduría, Adonai, Raíz de Jesé, Llave de David, Amanecer, Rey de las naciones y Emmanuel). Tomadas las iniciales de estas palabras en su orden inverso, las antífonas de Adviento encierran también un mensaje secreto: "ERO CRA", que en latín significa "mañana estaré", una declaración del nacimiento de Jesucristo.

Las Pelayas no saben cuándo nació la costumbre de los "periquitos", que se pierde en la historia del monasterio benedictino, pero suponen que está vinculada a esta liturgia, al tiempo del Adviento y al término del ayuno para comenzar a preparar el tiempo, más alegre, de la Navidad. Lo cierto es que las monjas recibían todos los 17 de diciembre un paquete lleno de "periquitos". Ahora, como Las Pelayas han puesto en marcha un pequeño obrador de repostería y han empezado a comercializar sus pastas de avellana, "una especialidad que pone el acento en el fruto de la tierra", explica la madre abadesa, Rosario del Camino, han completado su oferta este año, que incluye también surtido de pastas y galletas de mantequilla, con los "periquitos". Las bolsas, como las que reciben las monjas, incluyen también una pequeña etiqueta donde se incluye el texto de las antífonas de Adviento.