"Los gobiernos occidentales no quieren la paz en Siria, prefieren una ofensiva nuclear". Con esta crudeza se pronunció ayer en el Club Prensa Asturiana el analista político José Antonio Egido, uno de los participantes en la mesa redonda sobre la guerra que desangra al país árabe, y que sirvió de arranque de los actos de la Semana Republicana, que organiza el Partido Comunista de Asturias, el grupo municipal de Izquierda Unida y la Asociación Isidoro Acevedo.

Egido, que como el resto de ponentes fue presentado por José Ángel Piquero, secretario político del Partido Comunista en Oviedo, denunció que la ofensiva que se lleva a cabo en Siria, de la que culpó a Estados Unidos y a las políticas neocoloniales impulsadas desde 1990, puede degenerar en una guerra mundial. "Tras la destrucción de Libia y la invasión de Irak, ahora le toca el turno a la República Árabe de Siria, creada el 17 de abril de 1946, cuando las tropas coloniales francesas se retiraron de la zona". Egido, que pidió el fin del envío encubierto de terroristas disfrazados de rebeldes, destacó la contribución de Siria a la civilización occidental, como cuna histórica de las religiones hebrea y cristiana. "Fue en Damasco donde Pablo de Tarso se cayó del caballo y se convirtió".

Manu Pineda, activista por los Derechos Humanos, aseguró que la propia izquierda, a la que pertenece el Gobierno de Bachar al Asad, tiene un problema respecto a Siria. "Nos estamos creyendo eso de que es un sanguinario que mata a su pueblo y recurre a Irán y a Putin". Además reclamó un análisis riguroso para relacionar esta guerra con la intervención de Irak en 2003 o con la mal llamada "primavera árabe", "acciones de protesta que no tienen nada que ver entre sí. Hay terroristas de 80 países luchando contra el Gobierno sirio. Es necesaria una gran movilización social, como se hizo con la invasión de Irak". Para Pedro Alonso, profesor de Historia del Mundo Actual, también es necesaria esa gran acción de rechazo, unida al cuestionamiento de la "información masticada de los medios, con niveles de manipulación inédita". Alonso, que denunció campañas falsas en internet para recoger firmas, aludió a la confusa terminología que rodea al conflicto. "Me pregunto por qué a los mismos en Mosul se les llama terroristas y en Siria rebeldes".