El comité de Saint-Gobain ultima un plan alternativo al cierre: "Querer es poder"

Los sindicatos rebaten la versión dada por la empresa de que se pudo salvar la línea de parabrisas en 2022: "Con sus postulados era inviable"

Un grupo de trabajadores de Saint-Gobain, con la pancarta «de diseño» que estrenaron ayer.

Un grupo de trabajadores de Saint-Gobain, con la pancarta «de diseño» que estrenaron ayer. / Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

El comité de empresa de Saint-Gobain ultima un plan que combina medidas de tipo técnico, laboral, organizativo y comercial y que de ser asumido por la compañía permitiría, según el punto de vista de las organizaciones sindicales, obviar el pretendido cierre de la división de parabrisas (Sekurit) de la fábrica de La Maruca (Avilés). Pero para que ese plan cuaje hará falta que impere el espíritu de un conocido refrán español: "Querer es poder". Porque los sindicalistas anteponen sobre todas las cosas que haya un voluntad real de la empresa por seguir fabricando parabrisas en Asturias.

El plan en cuestión, basado en implantar "medidas de flexibilidad" y del que se lleva hablando en ámbitos sindicales desde hace dos semanas, aún está pendiente de atar algunos cabos, algo en lo que se ocuparán en las próximas horas las tres organizaciones sindicales con miembros en el comité de empresa (SOMA-FITAG-UGT, CC OO y CSI) para poder ponerlo sobre la mesa en la reunión del periodo de consultas que está previsto celebrar mañana, jueves.

Según han comentado a este diario miembros de la comisión sindical que negocia con la dirección de Sekurit en la reunión del pasado lunes se tanteó la disposición de la empresa a valorar el documento elaborado con el objetivo de mantener abierta la división de Sekurit. La respuesta de la compañía fue diplomática: que sí, pero siempre y cuando eso no entrañe alargar el periodo de consultas, que concluye el próximo día 24 dando paso a la fase resolutiva de lo que podría ser un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que mandaría para casa a 120 trabajadores, al margen de otro centenar de afectados en el sector auxiliar, en el área de mandos y la alta dirección del departamento y los miembros del comité de empresa.

Jornada de paros con alto seguimiento

La de ayer fue jornada de paros parciales en la fábrica avilesina de Saint-Gobain, una más de las muchas convocadas para presionar a la empresa y que, como es habitual, tuvo un índice de seguimiento cercano al cien por ciento, siempre según fuentes sindicales. También se llevó a cabo una concentración de cuatro horas a la entrada de la factoría en la que participaron medio centenar de personas en el momento de más asistencia.

Fue en ese escenario de protestas en el que la presidenta del comité de empresa, Verónica Otero, y otros líderes sindicales tomaron la palabra para rebatir punto por punto la versión "falaz" que dio Saint-Gobain el pasado lunes sobre la "oportunidad perdida" (por el rechazo sindical) para revertir en 2022 la mala marcha del negocio de parabrisas y reflotarlo con una serie de medidas entre las que destaca una inversión de 12 millones de euros que finalmente no se ejecutó.

El comité rebate la versión de la empresa de lo ocurrido en 2022

"Nadie se cree lo que cuenta ahora la empresa; aquel plan, con sus postulados era inviable. Lo que demandamos en 2022 es lo mismo que ya pedíamos antes: un plan industrial. Y aquello no lo era", manifestó la presidenta del comité, que fue más allá: "Lo único que se sacó en claro de aquel episodio fue que la empresa quería recortar la plantilla en 42 personas por la vía del despido y que finalmente lo logró –bajamos de 170 a 120 empleos– si bien ese ajuste se hizo con medidas no traumáticas".

A los sindicatos aún les escuece que más allá del recorte de efectivos, "nada hizo Saint-Gobain por enderezar el rumbo de Sekurit". Y concretan: "No hubo inversión, no hubo nuevos contratos de fabricación y no hubo los ajustes de turnos que defendimos tanto los trabajadores como la asesoría contratada porque era evidente que resultaba irresponsable mantener los cuatro turnos activos con la exigua carga de trabajo asignada y en un contexto delicado de mercado por culpa de los efectos de la pandemia y el desabastecimiento de componentes para la industria automovilística". Pero todo eso, dicen los sindicalistas, es "agua pasada"; ahora miran hacia delante y proclaman que "si se quiere se puede".

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