Una pequeña pero impactante muestra de ese cine alemán que de vez en cuando nos sorprende gratamente y que nos ofrece en este caso una mirada retrospectiva de un país dividido, aunque todavía sin la contención del Muro de Berlín, que vive momentos muy delicados en1956 con las repercusiones ocasionadas por la invasión de Hungría por los tanques soviéticos.

Lo verdaderamente interesante es que los hechos son reales, basados en el libro de Dietrich Gartska, que fue testigo directo de los mismos, y se ofrecen desde la óptica inocente y en parte ingenua de unos estudiantes casi todavía adolescentes que unirán sus esfuerzos y sus sentimientos en aras a recuperar las libertades perdidas.

Es un procedimiento idóneo para recrear la tremenda represión que se lleva a cabo con unos jóvenes, alumnos de la Universidad técnica de Budapest a punto de terminar sus estudios, que reclaman lecciones libres y libertad de expresión. Dos de ellos, a través de las emisiones de una radio prohibida, han conseguido ganarse el apoyo de la pràctica totalidad de la clase. Uno de los detonantes que contribuyó a motivar la lucha de los estudiantes es el minuto de silencio que guardaron como protesta por la supuesta muerte violenta del futbolista Ferenc Puskas, que años más tardes se instalaría en España.

El enorme acierto del director Lars Kraume, autor de una extensa filmografía en su mayoría dedicada a la pequeña pantalla y del que en España apenas se han visto dos largometrajes, 'Todo por el éxito' y 'El caso Fritz Bauer', es que ha sabido dotar a las imágenes de una progresiva madurez que contribuye a reforzar la humanidad y la vitalidad de los personajes. Es de esta forma cómo adquieren su verdadero significado los aparatos censores y represivos de unas autoridades docentes obsesionadas, sobre todo, por descubrir a los supuestos líderes del movimiento para lograr descabezarlo. Un proceso que fue algo cotidiano en la Alemania del Este.