Le ha faltado ese toque final y definitivo que hubiera hecho de ésta una película amena, divertida y, sobre todo, repleta de motivos para hacer pasar más de dos horas de sana evasión al espectador. No es que con ello se pierdan las ocasiones al respecto, aunque sí es verdad que se diluye un tanto el relato impidiendo que el director y guionista Rian Johnson demuestre su imaginación y su habitual buen hacer. No conviene olvidar que estamos ante un más que prometedor cineasta norteamericano que tiene en su haber títulos como «Star Wars. Los últimos Jedi», «Looper» y «Los hermanos Bloom», con un futuro ante sí repleto de grandes expectativas. No tardaremos en tener prometedoras noticias suyas.

Si algo salta a la vista apenas iniciada la proyección es que la propuesta de Johnson no es otra cosa que un homenaje al cine de la escritora de suspense británica Agatha Christie, que ha suministrado una fuente inagotable de pretextos para pasarlo en grande ante el público. Sin embargo, el director no se ha contentado con introducir dos cambios significativos, el trasladar la sede de la trama a Estados Unidos por un lado y el subrayar las diferencias sociales de sus personajes por otro, sino que ha reparado en una visión atenuada y amena de la lucha de clases. Es el vehículo que emplea la cinta para desarticular, con el respaldo del prestigioso detective Benoit Blanc, un trágico suceso, el supuesto suicidio de un prolífico escritor de novelas de misterio, Harlan Thrombey. Y lo peor podría, si cabe, ser algo mas terrible, en concreto un crimen que es producto de la venganza de sus más cercanos familiares por haber sido desheredados. Naturalmente, nadie está dispuesto a prescindir del dinero.

Las formas y el ambiente, por otra parte, en que destacan los actores están resueltos con una sintaxis eficaz que colabora en la inmediata comunicación entre los protagonistas. Es una garantía que se deja sentir de un modo palpable en las notorias credenciales que irrumpen en la pantalla, entre ellas las de Daniel Craig, Chris Evans, las cubana Ana De Armas, Jamie Lee Curtis, Don Johnson, Michael Shannon, Toni Collette y el ilustre veterano de 89 años Christopher Plummer. Una verdadera pléyade de nombres que irradian diálogos por todos sus poros pero que se van conteniendo en una película de clase que va de menos a más.