Decepción es el término que mejor define esta película que prometía mucho por numerosos aspectos y a la postre no ofrece casi nada. Y es indiscutible que había motivos para esperar algo realmente interesante y divertido, desde un reparto repleto de honorables y excelentes veteranos que han demostrado con creces su categoría y efectividad, con Michael Caine a la cabeza acompañado de Tom Courtenay, Michael Gambon, Ray Winstone y Paul Whitehouse, hasta un director como James March, que tiene en su haber títulos de la talla de 'Man on wire' y 'La teoría del todo'. Lo cierto es que lo que podía haber sido una comedia delirante con lejanos ecos de 'Rififi', se queda reducido a un producto grisáceo y soso que solo levanta el vuelo esporádicamente, pero lo suficiente para demostrar unas enormes posibilidades no fraguadas

El guion, por si no fueran suficientes los elementos ya citados, está basado en hechos reales que culminaron con el robo más importante y de mayor botín para sus autores llevado a cabo nunca en Inglaterra, conocido como el Hatton Garden, cifrado en 14 millones de libras. El punto de partida no podía ser más prometedor y con un dato todavía más revelador, los actores de la banda que cometen el robo solo suman 468 años, 20 más que los auténticos ladrones. Eso sí, la ejecución del golpe es impecable, comenzando con la anulación de la alarmas y prosiguiendo con la perforación de dos agujeros en paredes blindadas para tener acceso a la caja, si bien los problemas vendrán de los motivos menos pensados. Hay, con todo, un reconocimiento a una tercera edad que tuvo en jaque durante un tiempo a las fuerzas de seguridad británicas, que irán cerrando paulatinamente el cerco que concluyó con la detención de todos ellos. Michael Caine convertido es el faro que ilumina con su imaginación y su astucia a unos peculiares delincuentes empeñados en robarle al Estado.