Calificación: *** | Guion y dirección: Terrence Malick. | Fotografía: Jorg Widmer. | Música: James Newton Howard. | Intérpretes: August Diehl, Valerie Pachner, Matthias Schoenaerts, Maria Simon, Tobias Moretti, Michael Nyqvist, Jurgen Prochnow, Alexander Fehling, Bruno Ganz, Martin Wuttke. | Duración: 174 minutos.

Cuando el cine es fruto de la creatividad y de la independencia. Muy pocos autores pueden presumir del estatus que ha logrado en los últimos años el director Terrence Malick, que se permitirse el lujo de hacer viable un producto como este de una enorme envergadura en todos los aspectos, incluido el presupuestario y el narrativo. Y solo alguien como él está capacitado para rodar una película de tres horas sin la más mínima concesión a la galería. Es probable, por ello, que se retrase más de lo habitual la conexión del público con las imágenes, pero a pesar de todas estas circunstancias la progresiva vitalidad de lo que se nos muestra enriquece esta emotiva y ejemplar película.

El autor de Malas tierras, Días del cielo, El nuevo mundo, La delgada línea roja y El árbol de la ida sigue plenamente lúcido. El hecho más relevante de Vida oculta es, por supuesto, que está basada en hechos y personajes reales. En efecto, se trata del caso de un soldado austriaco, Franz Jägerstätter, que llevará sus afanes de sacrificio al límite en aras a renunciar a participar en la segunda guerra mundial. Casado y padre de dos hijas, su verdadero desafío se abre paso cuando es alistado por el ejército nazi y se niega a incorporarse a filas. Empeñado en esta postura a pesar de que se le ofrece la libertad y que no sea destinado al frente, será sometido a juicio y condenado a la pena capital.

Buena parte de la preciosa estética de la película se plasma en un doble escenario, el de los bellos y luminosos paisajes tiroleses de Austria, que se rodaron en largas y muy elaboradas secuencias, y a renglón seguido los siniestros interiores de los calabozos y edificios castrenses en los que es recluido el protagonista. A partir de su detención, el cambio es radical en el plano dramático y la tristeza y la nostalgia fijan las pautas de los personajes, con una carga sentimental abrumadora en las tiernas palabras de las niñas. Siempre, además, con una economía patente de los diálogos y una falta de subtítulos en las conversaciones en alemán porque apenas con los gestos y el tono de las palabras se intuyen las cosas.