A lo largo de nuestra vida llevamos a cabo numerosas acciones que son de los más rutinarias e inofensivas. Sin embargo, el cine de terror ha sido capaz de 'colar' escenas de auténtico pánico dentro de esas actividades cotidianas que han hecho que, de vez en cuando, nos vengan a la cabeza cuando las estamos realizando.

En el peor de los casos, incluso ha podido crear algún trauma, produciendo en la persona que lo sufre una sensación desagradable en lo que antes era una hecho natural.

'Tiburón' influyó a la hora de acudir a la playa, 'Psicosis' en el momento de darnos una ducha. Estos son algunos de los ejemplos que a continuación te exponemos:

Los payasos

Los payasos siempre han sido el trauma de algunos pocos niños por sí mismos (coulrofobia), pero la película 'It' (1990) y su terrorífico payaso consiguieron en su momento ampliar ese pánico de pequeños y mayores que vieron la película ante lo que antes eran simples personajes que nos hacen reír.

Ver la televisión

La escena de 'Poltergeist' (1982) en la que la niña protagonista se acerca a la televisión, hizo que muchos padres adquirieran cierto respeto al ver a sus hijos cerca de la pantalla, rememorando lo que le supone a Carol Anne en el filme. También 'The ring', (2002) la película en la que el personaje sale de la pantalla sembrando el miedo con su particular movimiento ha supuesto un cierto trauma a la hora de ponernos ante la televisión.

Soñar

El mítico Freddy Krueger que aparecía en los sueños logró que muchos jóvenes que vieron la película en su día tuvieron pesadillas en lugar de plácidos descansos e, incluso, cierto pánico previo a quedarse dormidos por si les ocurría lo mismo que les sucede a los protagonistas de 'Pesadilla en Elm Street' (1985) y sus secuelas.

Bañarse en el mar

El agua de la playa siempre ha sido algo que ha dado mucho respeto a algunas personas, por el miedo a lo desconocido bajo el agua, especies que puedan aparecer como medusas o simple basura que nos toque sin darnos cuenta. Este miedo aumentó tras la aparición de 'Tiburón' (1975), que supuso un antes y un después en el miedo al agua del mar. Mucha gente prefería quedarse en la arena durante toda la jornada de playa en lugar de refrescarse en el agua por si hacía acto de presencia algún tiburón.

Tener muñecos al lado de la cama

Todos los niños disfrutan cuantos más muñecos tengan, pero después de ver 'Muñeco diabólico' (1988) y otras numerosas películas en las que los muñecos cobran vida para hacer el mal, muchas personas comenzaron a ver a esos inocentes personajes inmóviles con cierta distancia, entreabriendo los ojos antes de dormir para comprobar que no les miraban.

Darse una ducha

Se trata de una de las escenas más famosas del cine. El momento en el que el Norman Bates entra en el baño para abrir la cortina de la ducha y acuchillar a la protagonista Janeth Leigh. Este éxito cinematográfico que supuso 'Psicosis' (1960) trajo consigo el pavor de muchas personas a la hora de darse una ducha. Y no digamos nada si escuchaban algún ruido, porque la escena de 'Psicosis' les veía a la cabeza al instante.

Andar en la oscuridad

Siempre ha dado cierto reparo el hecho de andar en la oscuridad, dado que el hecho de no ver nos acarrea, irremediablemente, inseguridad. Además, a ello hay que añadir que las películas de miedo tienen la 'norma' de producir todas las escenas de terror durante la noche, lo que provoca que, justo después de ver un filme de este género, andemos con mucha mayor precaución y respeto por casa en medio de la oscuridad, cuando debería ser una acción de lo más tranquila.

Entrar en casas vacías

No hay prácticamente nadie al que el hecho de entrar a un edificio vacío no le ponga los pelos de punta y más si se hace de noche. El culpable, en gran parte, es el cine de terror, que ha hecho infinitas películas en las que las escenas de mayor pánico ocurren, precisamente, en este tipo de ubicaciones. Sin embargo, debería de ser algo de lo más normal, pues precisamente en un sitio abandonado nadie nos podría hacer nada.