El Sevilla de Maradona empató (1-1) en el Tartiere el 2 de noviembre de 1992. Fue un día que quedó marcado a fuego para el oviedismo por el histórico marcaje de Luis Manuel al astro argentino. “Se puede decir aquello de que fueron a ver a Maradona y apareció Luis Manuel”, se puede leer en la crónica de ese partido de LA NUEVA ESPAÑA, firmada por Julio Puente.

A continuación, la crónica completa de ese partido y las puntuaciones del encuentro. Que puedes leer en este enlace.

“El Oviedo tardó veintidós minutos en perder los complejos: el tiempo que tardó Paco en empatarle al Sevilla de Maradona. El argentino, con algún kilo menos de los que trajo a la Giralda pero todavía muy lejos de la forma física adecuada, había montado con Bango el escenario para la ventaja visitante, gracias a una excelente estrategia en el saque de una falta. El Sevilla amenazaba entonces, más por el gran juego de Bango, Conte y Simeone que por la luz del astro, cegada por. un impresionante Luis Manuel. El Oviedo se rehízo, empató en su primer ataque serio y fue a más hasta el descanso. Luego, con la presencia de Carlos en lugar de.Pirri, acreditó más fuerza que el rival, echó genio a la pelea y acorraló al Sevilla en el área. Al Oviedo de la segunda parte sólo le faltó remate. Cedió un. punto, pero demostró que al actual Sevilla es malo jugarle con complejos porque Maradona, de momento, no desequilibra. Su. inigualable calidad aparece poco porque las fuerzas son más bien escasas. El Sevilla salió hambriento de gol. Ya en el primer minuto, Viti tuvo que salvar dos remates consecutivos de Bango, que jugó por la banda derecha. Mientras Luis Manuel levantaba, dieciocho años después, entusiasmos parecidos a los que provocó el ya mítico marcaje de Carrete sobre Cruyff en la presentación del holandés en Asturias, en 1974, los  andaluces se habían adueñado del centro del campo.

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En la muerte de Maradona: imágenes del astro argentino en Asturias A. L.

Las apariciones de Bango, Conte y Simeone creaban continuos problemas al Oviedo, que apenas atacaba porque Jankovic estaba muy solo en el ataque y la situación del partido impedía las llegadas desde atrás de Cristóbal, Berto o Paco. Sólo el joven Pirri mostraba un admirable descaro. Y la falta de complejo del chaval provocó que a los 22 minutos recibiera el balón en el borde del área, se librara de Diego y encarara a Unzúe, al que intentó superar con un remate raso; el balón dio en las piernas del portero y salió hacia Paco, que empató cuando peor lo estaba pasando el Oviedo. El partido, que parecía en manos del Sevilla, quedaba abierto. Tan abierto que el larguero azul evitó dos minutos más tarde uno de esos goles que tardan en olvidarse: la defensa rechazó un centro desde la derecha y el balón luegó a Sirheone, situado en la línea media azul: el argentino, según le llegó el balón, disparó magistralmente y Viti, que intuyó lo que se le venía encima, respiró cuando la madera devolvió el. cuero.

El gran remate del otro Diego argentino dio aún más aire al Sevilla, que pudo volver a marcar por medio de Conte, Suker —que no vio a Bango desmarca- - do— y Maradona, en una falta provocada por Jerkan, que cortó con la mano el enésimo ataque, pero Viti paró con seguridad. Fueron las últimas amenazas visitantes. El Oviedo del final del primer tiempo, ajustada la línea media, había perdido el complejo. Asegurado por Luis Manuel, que apenas daba opción a Maradona, el equipo salió con decisión y Jankovic ya no estaba solo. En el intermedio, Irureta tomó una de sus sabias decisiones: retiró a un centrocampista y situó en el vértice del ataque a Carlos, con la esperanza de aprovechar el agujero de Diego, el defensa, y remontar. Y no fue llana su esperanza.

El equipo del segundo tiempo, sin alcanzar un alto nivel, encerró al Sevilla en la zona. Ya a los siete minutos, Carlos cabeceó un balón enviado desde la banda por Cristóbal; Unzúe encontró la ayuda del poste para evitar el gol. El dominio azul se fue intensificando. El Sevilla tan sólo inquietó a Viti en un balón que le llegó a Maradona, tras falta no señalada de Suker a Jerkan, pero Gomarán dejó patente la falta de velocidad del argentino. En todo aquel tramo del. partido fue una lástima que el Oviedo no tuviera capacidad de remate porque los andaluces habían perdido la capacidad física y de creación de juego.

Simeone y Conte habían desaparecido y el excelente Bango bastante tenía con ayudar a la floja defensa de su equipo. El Sevilla tenía ya entonces la indisimulable marca de Bilardo: mucho contacto y continuos parones, con la consiguiente felicidad para la actual clase arbitral. El Oviedo cedió un punto, pero el empate de ayer nada tuvo que ver con el padecido ante el Rayo Vallecano. El equipo se mostró entero después de un comienzo preocupante y, si no alcanzó la felicidad de la victoria, no provocó la decepción de la grada. Mientras, el Sevilla celebró «a la argentina» el empate con el grupo de fieles. Y es que Maradona, gordito y todo, provoca tales entusiasmos que se trae seguidores desde Sevilla, detalle insólito años atrás. Y el Oviedo, pese al negaiivoÇ ya está en condiciones de aconsejar cómo se cura el «complejo Maradona»:. Luis Manuel y raza."

Las puntuaciones

Viti: Resolvió con acierto el mucho trabajo que tuvo en el primer tiempo. Con varias paradas evitó males mayores. Luego, se tomó un merecido descanso porque el Sevilla ya no llegó a su área.

Cristóbal: Desdibujado, en el primer tiempo, mejoró luego cuando subió la banda y creó problemas a la defensa del Sevilla.

Jerkan: Tuvo detalles de su enorme calidad en momentos de apuro, aunque da la impresión de haber perdido algo dél altísimo nivel que mostró la temporada anterior.

Gomarán: Tuvo bastante trabajo con Suker y, como el equipo, fue de menos a más. En la segunda parte borró del campo al croata y recuperó su tono de eficacia.

Luis Manuel: Se puede decir aquello de que fueron a ver a Maradona y apareció Luis Manuel. El defensa hizo una labor impecable, no sólo por su marcaje a Maradona, sino, y sobre todo, porque apareció en muchas zonas del campo y pudo irse hacia arriba con decisión y peligro. Le hizo la primera falta a Maradona en el segundo tiempo y el argentino tan sólo le llevó dos balones por alto. En suma, el mejor del equipo.R

Rivas: Hizo cortes oportunos, como uno que evitó que Bango se quedara solo en el área, aunque perdió algunos balones, Pero hizo un juego sólido.

 Berto: Mal en el primer tiempo, empujó mucho después, aunque con una absoluta falta de precisión.

Gracan: Inexistente antes del descanso, aportó algo más después, pero sin llegar a ser aquel líder que movía el equipo.

Pirri: Se movió bien en el primer tiempo y fue el autor de la jugada del gol azul. Luego tuvo que ser sacrificado para dar entrada a Carlos.

Paco: Como centrocampista de ataque subió bastantes balones y buscó centros con suerte dispar.

 Jankovic: Solo en ataque, peleó con dedicación contra varios rivales. No llegó al remate. Carlos: Un buen remate de cabeza fue su acción más destacada. El equipo acusa los continuos problemas fisicos del ariete.

Armando: Se dejó ver en ataque, aunque falló dos remates.

 El Sevilla: Hizo una primera media hora excelente. El prestigio lo puso Maradona, pero el rendimiento, Bango, Conte y Simeone. Suker se mostraba anárquico. En el segundo tiempo, ya fue un equipo mediocre, con una defensa fallona y sin otra capacidad que quitarse el balón de encima. Salió Pineda, el ahijado de Maradona, pero pasó desapercibido. Físicamente, el Sevilla fue claramente inferior al Oviedo.