El verano es una época en la que se incrementa el consumo de todo tipo de bebidas: licores, vino, cerveza, energéticas, combinados, mojitos, tés? Pero muchas de ellas pueden ser contraproducentes para nuestra dieta, porque generan efectos perjudiciales para el metabolismo del cuerpo. En especial, por la alta presencia de azúcares y edulcorantes artificiales, que suponen muchas calorías innecesarias.

Los mojitos

Cóctel originario de Cuba, su consumo se ha popularizado muchísimo en todas las ciudades españolas durante los meses de verano. Pero la unión de alcohol y azúcar puede resultar doblemente perjudicial. Si se toma tras una comida, el hígado tiene más problemas para procesar el alcohol y las grasas de los alimentos, lo que puede redundar en ganar más peso. Se calcula que un mojito puede suponer 200 kilocalorías, así que conviene la moderación.

La sangría

Esta bebida típicamente española consta de vino, fruta picada, algún licor y endulzante. Su sabor refrescante la ha convertido en una de las estrellas de las barras y las mesas españolas. Pero la presencia de distintos alcoholes la convierten en una bebida que debe ingerirse con moderación, puesto que, además de sus efectos para la embriaguez, puede ser negativa por su inyección ultracalórica. Un vaso pequeño (150 ml) supone ingerir unas 107 kilocalorías.

Tinto de verano

Consiste básicamente en vino tinto rebajado con gaseosa, aunque el hecho de que lleve alcohol también pone en alerta las funciones hepáticas del organismo. Los componentes gaseosos dificultan la digestión para muchas personas. Un vaso de tinto de verano de 150 ml puede aportar unas 75 kilocalorías.

Bebidas gaseosas y 'light'

Abusar de bebidas gaseosas puede contribuir a generar una falsa sensación de saciedad, lo que a su vez provoca que se tengan más ganas de comer. Las bebidas tipo 'light' rebajan su cantidad de azúcar, pero incluyen edulcorantes artificiales que, por su exceso de sodio, pueden generar problemas para el aparato digestivo, así como para los riñones. Un vaso de 250 ml de refresco de cola normal contiene unas 100 kilocalorías, mientras que en uno 'light' pueden estar por debajo de las 4.

Granizados

Publicitados muchas veces como bebidas con alta presencia de frutas, en realidad están compuestos en su mayoría por agua y azúcares. Si bien el agua es muy beneficiosa, el azúcar puede suponer una pequeña rémora para el organismo y 'ayudar' a que este gane peso. Un vaso de 250 ml de granizado puede tener 150 kilocalorías.

Cerveza

Se trata de una de las bebidas más consumidas durante todo el año, especialmente en los meses de verano por su capacidad refrescante. Su componente alcohólico es menor que el del vino, pero eso no impide que deba tomarse con moderación. Asimismo, no contiene tantas calorías como otras bebidas. Un vaso de cerveza de 250 ml puede suponer 85 kilocalorías.