Concluye el juicio contra el padre Chus por ofecer droga a cambio de sexo: las últimas palabras del exreligioso

La Fiscalía realizó modificaciones en los cargos de algunos de los acusados

El padre Chus, hoy a la salida del Palacio de Justicia

El padre Chus, hoy a la salida del Palacio de Justicia / Ángel González

Pablo Palomo

Pablo Palomo

"Sigo creyendo en la justicia". Con estas palabras dio esta mañana carpetazo Jesús María Menéndez, el exsacerdote conocido popularmente como el padre Chus, al juicio que finalizó en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Gijón y que tiene sobre su figura al principal acusado. La Fiscalía elevó a definitivas sus conclusiones y mantuvo la petición de diez años de cárcel para el religioso. Le piden, en concreto, cuatro por un delito contra la salud pública por, supuestamente, haber vendido hachís a algunos de los menores de edad que tenía acogidos en su casa; y otros seis años por, también supuestamente, tres delitos, a dos años cada uno, de corrupción de menores por ofrecer dicha droga a los jóvenes a cambio de favores sexuales. Unos favores sexuales que, en el propio escrito del Ministerio Público, se especifica que nunca llegaron a producirse. Por otro lado, la Fiscalía retiró los cargos contra uno de los acusados, al que se le pedían cuatro años por venta de drogas, y modificó sus conclusiones para bajar de cuatro a dos años la petición de cárcel a un tercer investigado por este mismo delito.

La sesión celebrada esta mañana en el Palacio de Justicia siguió el mismo guion que la de ayer. Había llamadas a declarar 25 personas, entre policías y testigos, entre ellos el portero del edificio de la calle Donato Argüelles donde vivía el padre Chus, el técnico de farmacia que pesó la droga incautada durante la detención del religioso, y algunos peritos. La vista, de nuevo a puerta cerrada a petición de la Fiscalía (no así del padre Chus, que pidió que fuera a puerta abierta), fue algo más rápida que la del miércoles. Los agentes se ratificaron en su atestado en la mayor parte. Si bien, se dejó claro en la sesión que, durante las escuchas, hubo una confusión con un número de teléfono que fue lo que motivó la imputación en el caso de del joven para el que la Fiscalía retiró esta mañana todos los cargos.

El padre Chus, que en la sesión del miércoles había negado todos los cargos y achacado su situación legal y todos los "rumores" que circulan en torno a su persona a su enfrentamiento con la jerarquía de la Iglesia, estuvo en todo momento acompañado por su abogado, el gijonés Javier Díaz Dapena. El exsacerdote hizo uso del derecho a la última palabra únicamente para comentar que "sigue creyendo en la justicia". Esta misma expresión ya la pronunció cuando salió de la cárcel, donde llegó a ingresar de forma provisional por esta misma causa. Por ahora, no consta sobre el que fuera párroco y profesor de religión ninguna condena. El caso se remonta al año 2015. Sí que fue condenado, en otro proceso, un joven de los que tenía acogidos y que le apuñaló en el 2021. En dicho caso, el padre Chus renunció a toda indemnización.

El religioso volvió a salir tranquilo del Palacio de Justicia. Fiel a su estilo coloquial, hizo varias bromas a los medios de comunicación presentes para cubrir el caso. "El juicio ha concluido hoy. No teníamos claro que eso pudiera pasar porque eran bastante pruebas. En lo que atañe a mi cliente se ha mantenido todo igual y la defensa ha ratificado su inocencia. Si me pides una opinión personal, creo que ha quedado probada holgadamente su inocencia en los dos tipos penales que se le imputan", explicó Díaz Dapena. El acusado que quedó libre de todos los cargos estuvo representado por el abogado Alberto Rey.

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