A falta de pisos de alquiler, buenos son bajos comerciales: la reconversión inmobiliaria que empieza en Cimadevilla

El sector inmobiliario pide facilitar la norma municipal para aprovechar esos locales en otros barrios para estancias de larga duración

"Es una consecuencia más de la turistificación", expresa el líder vecinal del barrio Alto

Un bajo comercial en alquiler para vivienda en Cimadevilla, en la plaza de la Corrda.

Un bajo comercial en alquiler para vivienda en Cimadevilla, en la plaza de la Corrda. / Ángel González

Pablo Palomo

Pablo Palomo

La escasez de pisos en el mercado inmobiliario de Gijón, tanto para la compra, como para la venta, está llevando a algunos promotores inmobiliarios a reconvertir locales comerciales y oficinas para usos residenciales. La práctica, aún poco extendida por Gijón, lleva tiempo notándose en Cimadevilla, un barrio que, por las características de sus edificios (además de por su reclamo turístico), hace más sencillo, explican los expertos, acometer las obras necesarias para cumplir los requisitos de la norma municipal para este fin. Una norma, concretan también desde el sector, que es "muy rígida" en determinados casos y que se aboga por flexibilizar en determinados ambientes del sector inmobiliario con el objetivo de dar salida a bajos comerciales en zonas de escaso músculo económico y dedicarlos a alquileres de larga duración, paliando así las dificultades de acceso a la vivienda. La Asociación de Inmobiliarias de Asturias, presidida por Katia Domingo, ya lo ha solicitado en varias reuniones con responsables municipales. "Hay muchos bajos sin rentabilidad cerrados cuando necesitamos vivienda", expresó Domingo.

Este modelo de reconversión de bajos comerciales y oficinas para usos residenciales aún no puede decirse que sea una práctica habitual en Gijón. Sin embargo, en Cimadevilla, y en otras zonas de la ciudad, se pueden encontrar varios casos buceando en los portales inmobiliarios especializados. Hay varios anuncios de pisos en el Barrio Alto donde se explica que la vivienda fue antaño un local comercial. Un ejemplo está al pie de la calle Rosario donde se ofrece un bajo con tres habitaciones y 102 metros cuadrados por 157.000 euros. El propio anuncio advierte de que el local cuenta con licencia hostelera y salida de humos. Los hay en otros puntos. Se ofrece en El Natahoyo un local de 50 metros cuadrados por 50.000 euros. El local en cuestión, aunque tiene portal, también tiene el cierre de verja de cualquier comercio. La proliferación de estos casos aún no se ha producido porque la norma municipal no permite que cualquier bajo se pueda destinar a vivienda.

Un local comercial en alquiler para vivienda en El Natahoyo. | Á. González

Un local comercial en alquiler para vivienda en El Natahoyo. / Ángel González

"En Gijón, se pueden hacer los que se pueden hacer. Pero hay muchas zonas de la ciudad donde no se cumplen los requisitos técnicos", apunta Katia Domingo. Estos requisitos pasan por realizar actuaciones para que el local tenga un portal, retocar la iluminación, colocar ventanas y otra serie de cosas. "La normativa ha mejorado, pero se sigue estando muy lejos de otras ciudades. No hay tampoco ahora mismo muchos locales comerciales que puedan destinarse a vivienda", analiza la experta. Domingo, en su condición de presidente de la Asociación de Inmobiliarias de Asturias, ya ha trasladado la posibilidad al gobierno local de flexibilizar la norma. Lo ha hecho en reuniones con la alcaldesa, Carmen Moriyón, y la concejala Ángeles Fernández-Ahúja, responsable de la Empresa Municipal de Vivienda, Emvisa. Lo que plantea es facilitar el paso de bajos comerciales a viviendas para que estos se puedan destinar a alquileres siempre de larga duración. "Hay barrios, como Nuevo Gijón o Contrueces, que vendría muy bien y esta flexibilización sería algo positivo", agregó.

La petición busca matar dos pájaros de un tiro. Por un lado, aumentar el parque de vivienda y por otro dar salida a una serie de locales que, por su ubicación, condiciones o cualquier otro factor, tienen complicado ser rentables de cara a establecer un nuevo negocio. "Carecemos de vivienda y hay bajos que no tienen mucho valor. Gijón es muy grande y necesitamos viviendas asequibles, con un precio asequible y accesibles a muchas personas", concreta Domingo. No es la única que considera que hay poca oferta residencial en Gijón. "Hay un problema de vivienda en Gijón", expresa Miguel Ángel Marino, de la inmobiliaria Marino, que también se ha percatado de la reconversión de bajos comerciales y oficinas en vivienda. "Es algo que está pasando porque hay un problema de vivienda en Gijón, pero no es algo tan sencillo porque se exigen muchos requisitos desde el Ayuntamiento. No es algo sencillo de hacer", concreta.

La conversión de bajos comerciales a pisos no es una práctica extraña para los vecinos de Cimadevilla. Lo cuenta Sergio Álvarez, el presidente de la asociación de vecinos "Gigia". "Es algo que lleva sucediendo ya bastantes años. Hay muchos locales, que antes eran bares, comercios o almacenes, que se han convertido en pisos", asegura. "Casi todos se han destinado al alquiler turístico, pero hay algunos en los que sí que vive gente de forma habitual, aunque son los menos", añade Álvarez. "Es una consecuencia más de la turistificación. Si valiera para facilitar el alquiler no lo veríamos mal, pero en la mayoría de los casos no es así", expresa el líder vecinal del barrio.

Un barrio que es el ejemplo de esta práctica, pero no solo. Hay casos también en El Natahoyo de bajos comerciales y de oficinas en otros puntos de la ciudad, como en la calle Ramón y Cajal, que se han reconvertido en viviendas, aunque son los menos. "En Cimadevilla pasó mucho a primeros de siglo, con la burbuja inmobiliaria. Creo que es algo que sucede en zonas prioritarias, con cierto encanto, como el barrio Alto, El Carmen o la Ruta de los Vinos. En Gijón arrastramos una falta de desarrollo de suelo importante", opina, por su parte, Oliva Fra, de la inmobiliaria de nombre homónimo.

Suscríbete para seguir leyendo