"Salí muy triste", dice una asturiana que fue a Cuelgamuros, donde buscan a su abuelo

La nieta de Aquilino Baragaño siente "rabia" por la nueva paralización de las exhumaciones: "El probitín de mi vida va a seguir allí más tiempo"

Familiares de víctimas del franquismo visitan los trabajos de exhumación en Cuelgamuros

Video: Agencia Atlas / Foto: EPC

A. Rubiera

A. Rubiera

La familia del anarquista Aquilino Baragaño Montes, el ruiseñor de Langreo, salió el lunes de la visita a Cuelgamuros (Madrid) con la tristeza prendida en el alma. "Porque me tuve que despedir casi de mi abuelo, que lo tenía como quien dice a un pasín de mí... Estaba tan cerca... y pensar que todavía no lo puedo llevar para casa es muy doloroso. Salí muy triste y con mucha rabia".

Así lo cuenta Maribel Luna, nieta de Aquilino, que junto con otros allegados aceptó la invitación cursada por el Gobierno de Pedro Sánchez para que las 166 familias de toda España que reclaman restos de sus abuelos, tíos o primos, puedan conocer de primera mano cómo transcurren las exhumaciones y cómo avanza el trabajo de los forenses en la recuperación de restos de republicanos que fueron trasladados, sin autorización, de otros cementerios para rellenar el mausoleo de Franco en el Valle de los Caídos –ahora oficialmente Valle de Cuelgamuros–.

Pero la información que conoció Maribel Luna en ese viaje a San Lorenzo del Escorial que realizó el pasado lunes fue que "desde enero están paralizadas todas las obras de avance en la exhumación de restos en el Valle. Todo por culpa de un recurso de los de siempre; así que no pueden seguir exhumando a los que faltan. Nos contaron que siguen trabajando en el laboratorio, centrados en las cajas de Calatayud, pero lo demás está parado. Y eso me tiene indignada y con una rabia enorme, como sienten muchos familiares", explica Luna.

Su impotencia se vuelca "contra los de siempre, los que no nos dejan culminar algo que no es más que poder enterrar a los nuestros en casa". Y también contra los jueces, añade, que "muchas veces tienen una ideología que lo contamina todo".

Maribel Luna es la nieta de un anarquista de la CNT de Langreo, que cayó muerto en Asturias en marzo del 37, en un enfrentamiento cuando formaba parte del Batallón de Carrocera –formado por voluntarios de la CNT–. Su nieta tiene bien documentada la inhumación y el traslado de los restos de su abuelo, sin contar con nadie, al Valle de los Caídos en julio de 1959. Los colocaron en el columbario 2135, en la cripta derecha, piso tercero. Y Maribel Luna, que pasó años sin saber bien quién era o qué había sido de su abuelo, y que fue una de las primeras de España que recibieron la declaración de reparación y reconocimiento personal contemplada en la Ley de Memoria Histórica, con el reconocimiento que le daba derecho a exhumar del Valle de los Caídos el cuerpo de su familiar, siente que le piden un tiempo que no acaba nunca.

"No sabes lo que significa tener a tu abuelo a un paso y que por un juez, no puedas enterrarlo con tu abuela. Eso hay que sentirlo. Es vergonzoso", clama. Y por eso, ya está poniéndose en marcha y reavivando el grupo de wasap que comparte con otras familias de España para reclamar información de "cómo va el recurso de la Abogacía del Estado, si es que lo han hecho, y denunciar que otra vez estamos parados".

"Siento indignación porque me parece que todo va tan lento, tan despacio, que me parece que nunca en la vida vamos a acabar con esto. Estoy contenta porque las cajas de Calatayud ya estaban fuera del columbario y creo que enseguida se identificarán. Pero el resto… Aquilino, de momento, parézme a mí que el probitín de mi vida va a seguir allí un poquitín de tiempo y nadie sabe cuánta rabia me da todo esto", concluye la nieta.

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