Recuerdo aquel fin de año en que el canal informativo CNN+ en español fue sustituido por el ‘Gran Hermano24 horas’.

Aquello ocurría en la televisión temática. Les cuento lo que ocurre hoy mismo en las cadenas generalistas. Más concretamente, en la cadena líder, la más vista. Sintonizo con el minuto de oro durante años, ese que tiene lugar a las nueve y diez de la noche en la cadena líder, Telecinco.

¿Y qué me encuentro? Pues ni más ni menos que a Carlota Corredera hablando con un concursante de Gran Hermano, en riguroso directo, sobre fondo negro.

Acto seguido la cadena conecta con el plató de ‘Sálvame banana’ donde reina la algarabía, y la hinchada de Jorge Javier grita a favor o en contra del nominado.

Sin tiempo para más, la cortinilla del patrocinador da paso al informativo de Pedro Piqueras. Hacía tiempo que no lo frecuentaba.

Me asombra cuánto da de sí su escasa media hora de duración. Los sucesos copan sus momentos culminantes. Subrayados por la fórmula de la acumulación, su visionado genera cierto poder hipnótico. Veo a unos desalmados que empujan y tumban a una anciana de 80 años al entrar a su escalera con tal de robarle el dinero que acaba de sacar del cajero. Pero resulta que ella sólo actualizó el saldo. Y al no haber robo, ni milagrosamente lesiones, la pareja de ladrones, que tuvo el detalle de pedir disculpas por su acción, fue absuelta.

Veo cómo unos aluniceros se empotran en escaparates de tiendas para desvalijarlas. “De cara a la Navidad estos productos se venden muy bien en mercadillos”, comentan las señoras a las que se les pone la alcachofa delante. Y así una docena de historias más.

A todo esto, me percato de que todos y cada uno de los reporteros a los que da paso Piqueras lucen corbata y traje impecables. Van como pinceles. Cosas del libro de estilo de la casa. Ay