Año 2006. Una pareja de jóvenes está de madrugada en una calle de Valencia fumando petas y reflexionando sobre la vida mientras juegan al Snake en un viejo Nokia, cuando aparece de la nada La Veneno, nombre artístico de la vedette trans Cristina Ortiz, para pedirles un cigarro. No llegamos a ver su cara porque está en la penumbra pero basta escucharla un par de frases para reconocerla enseguida ("¡¡digooo!!"), dejando atónitos a sus interlocutores. Año 1996, una pareja de reporteros del programa Esta noche cruzamos el Mississippi de Pepe Navarro se encuentra buscando alguna entrevista en exclusiva para el siguiente programa en una zona de Madrid donde se ejerce la prostitución callejera. También, como por arte de magia, surge La Veneno en medio de la noche, alumbrada por los faros de un coche a sus espaldas para acercarse a ellos y concederles esa entrevista en la que ya se atisbaba la mina de oro que iba a ser para el mundo del espectáculo. Su desparpajo, sus respuestas subidas de tono y su natularidad ante la cámara ya estaban ahí. Se la llega a comparar con una aparición casi divina Las dos escenas corresponden al episodio piloto del biopic de La Veneno creada para Atres Premium, la plataforma de pago de Antena 3, por los Javis (el dúo formado por Javier Ambrossi y Javier Calvo). Son dos momentos que sirven para crear un halo de mito respecto al personaje. La primera escena se produce en el momento de declive de La Veneno, recién salida de la cárcel y con más de 100 kilos de peso, y la segunda cuando estaba en todo su esplendor físico y se disponía a iniciar su ascenso a la fama para acabar convirtiéndose en icono del movimiento LGTBI

La serie ha tenido un arranque de lo más accidentado en la plataforma, con las suspensiones del rodaje a causa de la pandemia del coronavirus. A estas alturas sólo dos episodios han podido ser emitidos. El primero en marzo, el segundo este mes de julio. Los seis capítulos restantes los podremos ver después del verano, con periodicidad semanal y, por fin, sin más interrupciones. De lo poco que se ha visto ya se puede vislumbrar que hay potencial para una gran serie. El arranque ha cumplido con las expectativas y deja con las ganas de ver más.

El motor del argumento de la serie es una joven transgénero estudiante de Periodismo, Valeria (Lola Rodríguez), que tras el encuentro que tuvieron con la vedette sus amigos decide embarcarse en su búsqueda en los ambientes trans de la capital del Turia, para acabar encargándose de la publicación de la biografía de la diva a la que tanto admira. Estas entrevistas servirán de marco para ofrecernos el contraste de lo que tuvo que pasar el popular personaje televisivo y la situación en la que se encuentra la joven reportera. Esta biógrafa se acerca ella desde los ojos de una admiradora. Quizá los propios Javis hayan proyectado algo de su mirada hacia un personaje que se convirtió en abanderada por de los derechos LGTBI durante unos años en los que no era sencillo salir del armario desde un plató de televisión.

Tres actrices trans son las que encargan de interpretar a la Veneno en la serie: King Jedet para sus años de juventud; Daniela Santiago durante la etapa en que alcanzó la fama; e Isabel Torres la encarna durante su decadencia. En Paquita Salas, los Javis ya dedicaron un capítulo dedicado a explicar por qué es necesario que los papeles de personajes trans sean interpretados por artistas trans. Luego salió Belén Cuesta haciendo lo contrario en la cuarta temporada de La Casa de Papel, pero eso es otra historia. Aquí se han aplicado el cuento y se aplican su filosofía por triplicado. Con este reparto, la serie casi podría rivalizar con la Pose de Ryan Murphy que aspiraba a ser la producción televisiva con mayor número de actrices transgénero. La producción de FX nos mostraba la vida de la comunidad trans de Nueva York durante los 80 y los 90, los años del sida y los estragos que hizo en la comunidad transexual. Una etapa por la que también deberá pasar la serie de los Javis, ya que en el segundo episodio vimos los años (los 70) en que Cristina Ortiz todavía era un niño llamado Joselito en un pueblo de Almería llamado Adra, así como los problemas que tenía con su madre por su condición sexual.

Antes de iniciar este paréntesis veraniego para poder completar el rodaje, hemos visto el momento en que Joselito huye de casa para tratar de iniciar una nueva vida, lejos de la sombra de su controladora madre. La complicada relación con su progenitora estuvo presente en las numerosas entrevistas que la Veneno concedió en el Mississippi. Muchos acontecimientos quedan por repasar de su vida en estos seis episodios que faltan. Su primera aparición televisiva antes de su cambio de identidad en el programa de Andoni Ferreño Vivan los novios, cómo vivió los años en los que el VIH hacía estragos entre sus amigas, la etapa en la que se convirtió en asidua colaboradora del programa de Pepe Navarro, el incendio provocado en su vivienda para cobrar el seguro que la llevó a la cárcel, su regreso a los medios y las circunstancias de su muerte. ¿Tendremos teoría de la conspiración? Ese libro que la joven Valeria la ayuda a escribir desvelaba que había tenido relaciones sexuales con políticos y futbolistas. Pocos años duró su brillo y fue mayor el tiempo de su decadencia, acabando como un juguete roto con un destino trágico. A los medios les encanta encumbrar a alguien a la fama, pero les gusta más verlos caer desde lo más alto. Con esta historia, los Javis se ponen serios y vuelven la mirada hacia el lado más oscuro de la fama. Hay momentos para la risa, otros para llorar y también para la indignación.