Ya nos habíamos acostumbrado a eso de que los estrenos de series y películas fueran mundiales y pudiéramos ver, por ejemplo, lo último de Juego de Tronos de manera simultánea por todas partes si contábamos con una buena conexión a Internet. Incluso llegábamos a pegarnos el madrugón, si era necesario, para que nadie te espoileara nada a traición durante el desayuno con la taza del café. Todo era así hasta que ha desembarcado Disney+ en la guerra por el streaming y parece que eso de la inmediatez se ha relativizado. O por lo menos, nos han puesto en el sitio que nos corresponde, dada la valoración de nuestro país como mercado potencial para esta compañía. La plataforma del gigante mediático arrancó a principios de este mes en los Estados Unidos, pero a España no va a llegar hasta finales de marzo de 2020. Ni más ni menos que dentro de cuatro meses. Y aún así no salimos mal parados, porque el plan de implantación es a dos años vista en todo el mundo y hay quién tendrá que esperar todavía más. El principal reclamo para el suscriptor ha sido la llegada de The Mandalorian, la primera serie de televisión de imagen real ambientada en el universo Star Wars, esa saga que levanta pasiones y odios entre los amantes del cine. Hasta ahora la producción televisiva de la franquicia galáctica se limitaba a las series de animación, por lo que ésta es su primera producción televisiva con personajes de carne y hueso en este medio. La nueva plataforma ofrece todo un infinito mundo de posibilidades para explorar dentro de esa galaxia muy lejana, aunque los próximos estrenos parece que se van a decantar más por el mundo de los superhéroes Marvel. Vamos que yo diría que a la nueva plataforma no se abonará Martin Scorsese (seguro), quien ha estrenado la esperadísima El Irlandés en la competencia de la gran N.

De The Mandalorian no vamos a saber nada hasta la próxima primavera, a pesar de que la serie ya está doblada al castellano. Supongo que esto es consecuencia de los daños colaterales de tener que ir implantándose de manera escalonada durante los dos próximos años y que, con el tiempo, se eliminarán estos retrasos. Llegar virgen hasta entonces, se antoja una labor casi imposible porque las redes están plagadas de artículos y referencias a la nueva serie galáctica. A más de uno los memes ya le habrán chafado la gran sorpresa del personaje estrella que aparece al final del primer episodio. Aviso de spoiler, el que no quiera saberlo que salte al siguiente párrafo: ¿quién no ha visto ya alguna foto de Baby Yoda? A lo mejor tardamos unos meses en ver la serie en España, pero los peluches del muñeco igual los tenemos en las estanterías de los grandes almacenes antes de lo que pensamos.

¿Habrá saciado el fan su curiosidad de aquí a unos cuatro meses? ¿Resucitará el ansia por las descargas ilegales? ¿O The Mandalorian quedará sepultada en el olvido cuando se estrene en España por la avalancha de nuevas series que nos llegan cada semana? Una de las ventajas que tiene para mantenerse en el candelero es que el ritmo es de un capítulo semanal. Lo que han hecho las televisiones de toda la vida. ¿Cuántas series de Netflix se han quedado pasadas de moda a las tres semanas de su estreno al haber agotado el espectador todos los episodios tras deglutirlos en un par de días tras un maratón? La fórmula de un episodio semanal garantiza que pueda ser mayor el tiempo del que se habla de ella mientras permanece en antena. Así lo ha comprobado HBO con algunos de sus grandes éxitos del año, tanto con la despedida de Juego de Tronos, como con Chernobyl, Euphoria y ahora mismo con la particular versión de los Watchmen de Damon Lindeloff.

Desde Juego de Tronos, los presupuestos ajustados en la televisión parece haber pasado a la historia. El listón había llegado esta primavera a los trece millones por episodio con la serie de los dragones. Ese dato se va quedando viejo conforme pasan los meses. La cifra ya está subiendo a los veinte millones. Sobre todo tras la irrupción de Apple TV en este mercado tirando de billetera, aunque sus primeros títulos no han generado críticas demasiado entusiastas. The Mandalorian también ha tirado por lo alto y el gasto por episodio ha sido de quince millones. No hay apariencia de decorados de cartón piedra y la producción está cuidada al detalle. Imponentes desiertos, naves espaciales, tugurios con alienígenas de las más extrañas especies y mucha acción. Con cada episodio nos vemos trasportados al universo Star Wars de toda la vida. Sin la música de John Williams, eso sí. Al reinado de Star Trek en el género de la space opera en la televisión le ha salido un duro rival. A ver como resulta el duelo con la tercera temporada de Discovery.

Quien encarnara a la Víbora Roja en Juego de Tronos y unos de los cabezas de cartel de Narcos, Pedro Pascal interpreta a un duro cazador de recompensas, llamado Mando. Lleva los mismos ropajes que Boba Fett, el mercenario que entregó a Han Solo congelado en carbonita al gángster galáctico Jabba el Hutt. Aparentemente es el mejor en lo que hace y pocos rivales le pueden detener cuando tiene un objetivo. Aunque es duro y de pocas palabras, todo apunta a que con él tenemos a todo un héroe en ciernes. La acción transcurre en los momentos posteriores al final de El Retorno del Jedi, por lo que asistimos a los inicios de la Primera Orden, los malos de la última trilogía. Carl Weathers (el Apolo Creed de la saga Rocky), Nick Nolte o el cineasta alemán Werner Herzog son algunos de los rostros que se han dejado ver en los primeros episodios. En el reparto, tendremos también a Giancarlo Esposito, conocido por interpretar a Gus Fringe en Breaking Bad.

El director de cine Jon Favreau ha sido el encargado de poner en marcha los cimientos del universo televisivo galáctico en la plataforma. Debe ser el pago a los servicios prestados por haber sido uno de los artífices de la construcción del universo cinemático de Marvel en la gran pantalla. Favreau, que se interpretaba a sí mismo en Los Soprano, dirigió las dos primeras entregas de Iron Man y con esas películas empezó todo. Favreau es el arquitecto de este proyecto para expandir la franquicia de Star Wars en la pequeña pantalla más allá de la familia Skywalker. Tras las airadas críticas a Los últimos Jedi de Rian Johnson y los discretos resultados en taquilla de la película de Han Solo, ya eran muchos los que daban a la saga como finiquitada. Hasta que ha llegado The Mandalorian. Y además unas pocas semanas antes de que J. J. Abrams cierre la tercera trilogía de la obra creada por George Lucas. El estreno de la serie de Jon Favreau ha ayudado a calentar motores para este fin de fiesta, al tiempo que deja claro que hay vida para el universo Star Wars en la pequeña pantalla. Si mantiene el nivel, puede que sea para rato.