Cuando Netflix presentó el año pasado ´Ozark´, las comparaciones con ´Breaking Bad ´fueron inevitables.

Recién estrenada la segunda temporada en la plataforma de pago, es evidente el afán de los productores por marcar distancias con la ya mítica serie de AMC y dotarla de su propia identidad. Un asesor financiero se ve obligado a trasladarse con su familia a un pueblo de la América profunda para blanquear dinero para un cartel de la droga mexicano.

Éste es el planteamiento con el que arrancó ´Ozark´ el año pasado y que en esta segunda temporada ha ampliado sus horizontes. El reto ahora es conseguir la puesta en marcha de un casino en la región para seguir blanqueando, con lo que los protagonistas se mueven cada vez más en un fino alambre en el que deben hacer juegos malabares para contentar a todos los involucrados en el proyecto.

Desde las mafias locales, a los intereses políticos y urbanísticos, que no siempre buscan el interés general. ´Ozark´ se ha hecho mucho más coral, incrementando el peso de sus personajes secundarios y ha dejado el tablero dispuesto para continuar en una tercera temporada, a pesar de que hemos tenido importantes bajas en el reparto.

Decíamos que era inevitable que llegaran las comparaciones con ´Breaking Bad´, ya que la serie se centra en un protagonista que, en teoría, es ajeno al mundo de la delincuencia y se ve arrastrado al crimen para mantener a salvo a su familia. El personaje que interpreta Jason Bateman, Marty Bryde, no es tan inocente como se nos pretende hacer creer, porque ya lleva años blanqueando dinero para el cartel cuando arranca la serie.

Simplemente se pone una pinza en la nariz y mueve los fondos en negro como si se tratara de los billetes de cualquier otro inversor y sin importarle cuál es su procedencia. En todo momento, intenta mantenerse al margen de esas actividades y considerar al cartel como un cliente más, manteniéndose al margen de la espiral de violencia. Los problemas vienen cuando su socio empieza a quedarse pellizcos del dinero que blanquean y eso, naturalmente, tiene consecuencias.

Para evitar que los maten, Bryde propone al cartel trasladar las operaciones de blanqueo de Chicago a un lugar más alejado de los focos de las autoridades, los lagos de ´Ozark´. El carácter turístico de la zona le convierte en un escenario ideal para hacer estas operaciones. El vídeo tiene un resumen de la primera temporada por lo que contiene spoilers.

El cartel pone a prueba al asesor proponiéndole la misión de blanquear cinco millones en un tiempo récord a cambio de perdonarle a él y a su familia. Pronto se encuentran con que en el tranquilo pueblecito, también hay crimen organizado y que sus intereses son contrapuestos a los del cartel. Por no hablar de un grupo de paletos que están empeñados en robarles el dinero y un agente del FBI de dudosa reputación que está dispuesto a atraparles cómo sea. Todos ellos les van poniendo continuos obstáculos que los Bryde deben ir superando mientras pierden algo de su integridad por el camino. Aunque la intención de Marty es evitar los conflictos y conseguir que todo el mundo obtenga sus beneficios y se quede callado, pronto vienen los conflictos con personajes que nunca parecen tener suficiente y quiere más. Superado el reto en la primera temporada, en la segunda la apuesta se eleva al tener que blanquear otros 50 millones de dólares con la puesta en marcha de un casino en un río.

Al fin y al cabo, el motivo por el que el cartel tiene tanta paciencia con los Bryde es que Marty es muy bueno en su trabajo y su olfato financiero siempre les hace ganar dinero a espuertas.

Pese a que los Bryde intentan mantenerse íntegros y tienen sus principios, la prueba que deben pasar para tener sus vidas a salvo hará que la sombra de la corrupción planee sobre ellos y vayan aprendiendo a ser unos delincuentes.

Mientras Marty Bryde sigue lidiando con su código moral, al final de la segunda temporada ha quedado claro que es su esposa quien ha iniciado un viaje del que posiblemente no haya marcha atrás.

La tres veces candidata al Oscar Laura Linney encarna a Wendy Bryde, la esposa del protagonista y que es uno de los personajes que más evoluciona a lo largo de estas dos temporadas. De pasarse la vida reprochando al marido la situación en la que los ha puesto con sus turbios negocios, ha acabado tan implicada en el trabajo que sabe que a veces hay que hacer lo que haga falta para llevarlo a cabo. Al contrario que en el caso de Walter White durante ´Breaking Bad´, en ´Ozark´ la familia al completo acaba implicada y conoce perfectamente la naturaleza de los negocios en los que anda metido el padre. Los dos hijos adolescentes (él un poco más rarito y ella con los pies más en el suelo) completan el reparto familiar de los Bryde, que por momentos parece inspirado en la familia de otra serie, la de Ray Donovan, la producción de Showtime que en breve estrenará su sexta temporada.

Otro de los personajes más interesantes y que podrá seguir dando mucho juego en futuras temporadas es el de Ruth Langmore (interpretado por Julia Garner), una joven delincuente local que inicialmente sólo busca desplumar a los Bryde y quedarse con sus millones en negro y que pasa a ser una de las más eficaces empleadas en los negocios de la familia. Bajo una fachada de tía borde y dura, se esconde una personalidad atormentada donde su apellido es todo un lastre para poder avanzar en la vida. El apellido Langmore es poco menos que una maldición.

Su lealtad se va constantemente poniendo a prueba, porque su familia está emperrada en hacerse con el botín, mientras que los Bryde no parecen valorarla como merece e ignoran hasta qué punto ha llegado su lealtad. Para la tercera temporada, Ruth deberá afrontar una dura prueba para decidir si sigue o no con los Bryde. Aunque todo apunta a que la trama irá enfocada a los enfrentamientos contra la mafia de Detroit, según se desprende del desenlace de la segunda.

Tras muchos años encasillado en la comedia, ´Ozark´ parece orientado como un vehículo para que Jason Bateman luzca sus cualidades interpretativas. En los créditos no sólo aparece como productor, sino que ha sido el director de algunos de los episodios. La serie aún está a mucha distancia de ´Breaking Bad´. Hay algún que otro giro de guion en los que hay que mirar hacia otro lado (tal como hace Marty Bryde cuando blanquea dinero del cartel) y hacer como si no hubiera pasado nada. Sin embargo y pese a todo ello, ´Ozark´ se convierte en un digno entretenimiento para los días finales del verano con las dosis adecuadas de suspense, mientras se espera a que lleguen los nuevos estrenos de la temporada televisiva.