Me acerco a 'Ritmo urbano' con la certeza de que no es un programa para mí, para la gente de mi generación, y a pesar de eso tengo la convicción de que ha de existir, y de que La 2 no es sólo su lugar ideal, sino que es su obligación emitirlo. Lo primero que piensas cuando empieza el programa es que la juventud que hace 'Ritmo urbano' y la juventud a la que se dirige 'Ritmo urbano' están en otra galaxia, que no es la tuya. Pero si te quedas un ratito y desbrozas la palabrería importada del inglés, esa puta tendencia a no confiar en nuestra lengua, esa manía de catetos de echar mano de otras expresiones como si no tuviéramos herramientas en la nuestra para nombrar lo mismo, y no te dejas avasallar por términos como grafiti, 'breaking', 'beatbook', 'freestyle', 'showcase', 'bboyiong', 'skate', 'roller', 'parkour', si haces eso, si te quedas con la esencia de lo que hace la gente de 'Ritmo urbano', te das cuenta de que no son tan marcianos.

Presentado por el cantante y rapero alicantino, los troveros de toda la vida, nacido como Guillermo Rodríguez, y evolucionado a Arkano, -¿dónde va un gallito en una pelea de ídem llamándose Guillermo?-, y dirigido por Francisco Reyes, el programa hace un repaso semanal los miércoles a las 9 de la noche por eso, por la cultura urbana, y abarca el baile, la música, la fotografía, su literatura, sus ídolos, o las tendencias en todo tipo de creaciones artísticas relacionadas con esta pequeña gran selva. 'Ritmo urbano' comenzó su andadura en 2012 presentado por El Chojín, otro rapero, que cedió el plató al de Alicante, al que se le nota esa espontaneidad del que sabe improvisar ante el público. Vea 'Ritmo urbano' con los adolescentes de casa. Le ayudará a conocerlos.