Éste ha sido uno de los años de oro del director coreano Bong Joon-ho al haber hecho historia consiguiendo que su película 'Parásitos' se convirtiera en la gran sorpresa de la última ceremonia de los Oscars. Ni sacado de las páginas del 'Hollywood' de Ryan Murphy 'Hollywood' de Ryan Murphyque una película de habla no inglesa obtuviera la máxima estatuilla en la era Trump y del América primero. Mientras HBO está proyectando hacer la versión televisiva del oscarizado filme, Netflix se ha adelantado a su competencia lanzando su serie sobre otra obra del mismo realizador y con la que comparte mensaje social: 'Snowpiercer'. Ha sido uno de esos raros casos en los que la plataforma ha optado por ofrecer un episodio semanal en lugar de colgar toda la temporada de golpe. La emisión comenzó cuando seguíamos confinados a causa de la pandemia y acaba de terminar con la emisión de su décimo capítulo, que deja claro que habrá segunda temporada. ¿Llegará la continuación para competir con la 'Parásitos' de HBO? Terminada la primera entrega de 'Snowpiercer' es hora de hacer balance y preguntarse ¿mejor la película o la serie?

La serie no es una secuela, sino un reboot en el que todo vuelve a empezar. Tanto en la serie como en la película, el planteamiento inicial es el mismo. La Humanidad tal y como la conocíamos ha dejado de existir. En un desesperado intento por frenar los efectos del calentamiento global, las grandes potencias liberaron en la atmósfera un gas que, en teoría, iba a reducir las temperaturas en todo el planeta. El experimento salió mal y el mundo se convirtió en un páramo helado incompatible con la vida. Antes de la gran catástrofe, un misterioso mecenas conocido como el señor Wilford se lo vio venir todo y contruyó en tren de dimensiones kilométricas, dotado de una fuente de energía inagotable y un sistema de vías que permitían a la máquina moverse permanentemente dando vueltas y vueltas alrededor de todo el globo terráqueo. Es el 'Snowpiercer'. El Rompenieves para los que prefieran el nombre en castellano. Lo poco que ha quedado de la Humanidad sobrevive a bordo de este arca de Noé transiberiana surcando un mundo helado y que tarda exactamente un año en dar la vuelta al globo. Pero en este intento de reconstruir la sociedad, volvemos a caer en los mismos vicios de siempre. Al final del tren malviven en la miseria las clases más humildes, tratadas como escoria, mientras que en la cabeza viven las clases altas, rodeadas de opulencia y manteniendo su elevado tren de vida. Entre una punta y otra están las clases medias, los vagones dedicados albergar acuarios, invernaderos, criaderos de animales, saunas, discotecas y las más increíbles estancias que uno pueda concebir para ese medio de transporte.

La película tenía la clara limitación del tiempo, unas dos horas. En ellas asistíamos a una frenética carrera de los insurrectos de la cola del tren para ir avanzando vagón a vagón para extender su revolución hacia la meta y tomar la máquina. Superar cada vagón era como pasar de nivel en un videojuego, donde uno podía esperarse nuevas sorpresas al completar la fase. Los productores, entre los que se encuentran el propio Bong Joon-ho, son conscientes de que quien ya ha visto la película ya conoce un poco de este recorrido, por lo que hay que ofrecerle cosas nuevas, al tiempo que se atraen a nuevos espectadores.

Así que la trama arranca cuando uno de los residentes de la cola, que fue policía antes del final del mundo, es llamado para investigar una serie de asesinatos que se están produciendo en primera clase. Se supone que su procedencia le hará más imparcial en la investigación y no se dejará presionar por los poderosos. El pretexto de las pesquisas permite a los personajes moverse con cierta libertad por las distintas secciones del tren, que se compone de cerca de un millar de vagones y por los que ahora pueden ir a su antojo. El problema es que esa trama policiaca está muy manida y lo que nos cuenta lo hemos visto ya en veinte mil series (un 'Altered Carbon' cualquiera), desaprovechando las posibilidades argumentales que ofrecía la historia. Hay veces que ni siquiera transmite la sensación de que los personajes están en un tren. Hay que esperar hasta la mitad de la temporada para que la serie empiece a contar lo que de verdad interesaba: el conflicto de clases y la revolución de los habitantes de la cola contra los poderosos. Cuanto más avanza la temporada hacia su final, más se convierte la serie en lo que tenía que haber sido, ampliando el universo que nos presentó la película.

El papel del héroe está interpretado por el rapero y actor Daveed Diggs. Cachas, de color, con rastas e impertinente con el poder. Pero la verdadera es protagonista es Jennifer Connelly en un ambiguo papel con el que uno no termina de tener claro si es la heroína o la villana Su personaje Melanie Cavill es la voz del misterioso señor Wilson para todos los pasajeros del tren y es de ésos que tienen por máxima lo de que el fin justifica los medios. Pero es que, desde su punto de vista, el fin es la supervivencia de la Humanidad y por ese motivo todo vale. El final del primer episodio ya nos reserva una sorpresa sobre su papel dentro del tren, que mejor no desvelar por aquello de los spoilers. Hay que destacar la presencia de Alison Wright, quien todos los años aparece en papeles secundarios en los que brilla con luz propia desde que tuviera a los seguidores de 'The Americans' con el corazón en un puño durante su cuarta temporada. Para la segunda temporada ya nos anuncian la aparición de un nuevo personaje sorpresa interpretado por Sean Bean, el mítico Ned Stark de 'Juego de Tronos'. Pero dados los antecedentes del actor, yo diría que no lo tendremos por mucho tiempo. Sobre todo porque podría tratarse del nuevo villano.

Bong Joon-ho ya realizó para Netflix la película 'Okja', filme que generó una gran controversia al intentar competir en la Sección Oficial de Cannes y contar con los abucheos de la crítica. La polémica se ha repetido otros años porque hay quienes no consideran que las películas filmadas para Netflix sean cine por el hecho de no haber sido concebidas para la gran pantalla. Algo que año tras año, la plataforma ha tratado de rebatir con títulos tan contundentes como 'Roma' de Alfonso Cuarón, 'La balada de Walter Scruggs''La balada de Walter Scruggs' de los hermanos Coen o 'El irlandés' de Martin Scorsese. 'Okja' era algo así como un 'E.T.' para veganos donde una niña se enfrentaba a las malvadas corporaciones cárnicas al negarse a entregarles ese cerdo modificado genéticamente para ser gigante y que había criado en su granja junto a su abuelo. Para la serie de 'Snowpiercer', el cineasta se queda en las labores de productor, mientras que el peso creativo lo han tenido dos veteranos guionistas norteamericanos: Josh Friedman ('La guerra de los mundos' de Steven Spielberg y la serie de 'Terminator Las crónicas de Sarah Connor') y Graeme Manson ('Cube' y 'Orphan Black'). El ritmo de estreno semanal ha dado a la serie la categoría de evento cinematográfico dentro de la plataforma. Pero han estado lentos de reflejos al no haber incluido entre sus contenidos la versión cinematográfica, que la semana pasada todavía andaba por la programación de la competencia en AXN. A lo mejor el problema es que con las comparaciones, la serie sale perdiendo.