A La 2 le hace falta un buen zarandeo. Salir de su zona de confort. ¿Quién dijo que fuera fácil? Pero es necesario. Llegan nuevas entregas de Un país para escucharlo y Sánchez & Carbonell. Delicatesen para el "prime time". ¿Pero qué hay del resto de la programación?

La llegada a la dirección de la cadena de Samuel Martín Mateos en verano de 2018 supuso un revulsivo. Su decisión valiente de reconvertir Historia de nuestro cine de formato diario a semanal permitió establecer una parrilla variada. Agradando a públicos variopintos. Recuperar cine clásico los miércoles fue un acierto. A la vista está.

Aunque la opción del cine independiente de los lunes no tuvo buena acogida. Suprimir la ración diaria de cine español en "prime time" requería contar con presupuesto suficiente para llenar el horario estelar de propuestas de calidad. Algo que no ocurrió. Se echó mano de Cómo nos reímos, un programa impropio de La 2 para subir la audiencia. Y se repitieron documentales históricos del tipo Apocalipsis o clásicos como Los paraguas de Cherburgo, Lawrence de Arabia o La hija de Ryan para abaratar costes.

Los 90 minutos diarios de producción propia de nuevo cuño (el concurso Código final y Ese es el programa del que usted me habla) no encontraron a su público, y una vez agotados sus contratos no fueron sustituidos por otros. Así, los documentales franceses sobre cocina y arquitectura sostenible se repitieron una y otra vez en la hora noble.

Saber y ganar, después de 20 años, sigue sin grabarse en Alta Definición, aunque es lo más visto del día junto al cine del Oeste de las mañanas. No hay magacín diario en directo de mañana, de tarde, ni de noche, que tome el pulso a la calle. De ahí que el zarandeo sea tan necesario.