Oviedo, Ángel FERNÁNDEZ ORTEGA

El pico La Siella constituye el penúltimo eslabón de la cadena de montañas que se engarzan a lo largo del cordal de La Sobia. Éste se desplaza de manera quebrada con orientación invariable de Sudoeste a Noroeste desde el collado del Muñón hasta el cauce del río Teverga. Esta cadena estácompuesta en su mayor parte por caliza de montaña con una complicada orografía cuyas vertientes delimitan los términos de Quirós y Teverga. Sobre la misma se asientan multitud de brañas de alto valor etnográfico. Los teitos se distribuyen por todo el concejo, pero los corros (construcciones de planta circular) abundan especialmente en las brañas de Fuexo, la Vega de Adentro y la Vega de Afuera.

La perfecta combinación de estos valores, aliados con la cultura y las huellas prehistóricas halladas en las cuevas y abrigos de Fresneo, el quebrado perfil de sus montañas, asícomo la diversidad paisajística y biológica, dan carácter a esta sierra que ha sido incluida en el futuro parque natural de Las Ubiñas-La Mesa.

La ascensión al pico La Siella es un buen argumento para conocer esta parte de la geografía tevergana. Comenzaremos la andadura en el pueblo de Carrea (650 m), situado en el concejo y distante un kilómetros del cruce de la carretera AS228 Trubia-puerto Ventana.

Continuamos con la aproximación a Carrea por la carretera TE-4. En el siguiente cruce hemos de desviarnos a la derecha unos 100 m, donde se sitúa este bonito pueblo. El núcleo rural se asienta bajo los cantiles occidentales de La Sobia, en medio de una ería y próxima a la ermita de la Virgen de Cébrano, patrona de Teverga. Para acceder a este grandioso circo de montañas hemos de dirigirnos inicialmente por la pista de tierra que, orientada al Norte, supera el depósito de aguas del pueblo, adentrándose más arriba en un bosque con grandes ejemplares de castaños.

Las paredes calizas de la montaña se enmascaran entre la foresta del bosque, que pronto se deja atrás para afrontar los sucesivos repechos dibujados con amplias revueltas. Alcanzamos el crucero de El Fitu, donde empalmamos con la pista que procede del pueblo de Sobrevilla. Después se suceden los lugares de Las Queimadas y Socueva, acometiendo desde aquíotro nuevo repecho que rotura la verticalidad del murallón de La Siella de manera inverosímil por el lugar denominado Les Envueltes. Superamos volado paso y franqueamos una portilla que nos sitúa en la entrada de la herbosa ladera próxima al lago de La Sobia. En su aproximación hemos de toparnos con un abrevadero y la fuente de la Maquila, camuflada bajo el cemento.

Seguidamente nos situamos, tras una hora y media de marcha, al borde la laguna La Sobia (1.388 m), la cual estácercada por un muro de piedras para retener su caudal. Éste es un lugar idóneo para admirar, mientras descansamos, las montañas que configuran el cordal de La Mesa, que ya asoman por el horizonte meridional.

La ruta más directa hacia La Siella prosigue en sentido occidental por la cresta de la sierra. Iremos de manera progresiva librando los contrafuertes que se interponen en nuestra marcha. Más adelante nos encumbramos en la cresta superior avanzando por los ondulantes resaltes que se combinan con pequeñas horcaduras hasta que coronamos la prestigiosa cima de 1.514 m de altitud. Estácoronada por un vértice geodésico que hemos culminado tras dos horas y media de marcha.

Esta cima es sin duda una de las mejores atalayas de la comarca, asícomo prestigioso vértice dominante sobre el valle de Teverga salpicado de aldeas que engalanan un paisaje de serena belleza. El núcleo de San Martín se rinde a los pies de este coloso sobre el que se eleva verticalmente 1.048 m.

Esta ruta todavía ofrece al caminante nuevos motivos que justifican su elección. Al Norte de esta alineación de montañas emerge otro subcordal que custodia las luminosas camperas de Vega de Adentro y Vega de Afuera, salpicadas de vetustas cabañas y «corros» de ganado de marcado sabor campesino. Por aquíse describe la ruta de retorno que hemos ideado. Por lo tanto, hemos de tomar un marcado sendero que desciende sesgadamente por la ladera norte hacia la amplia llanada.

La recorremos en sentido sudeste hasta la frontera de las dos vegas, donde se distribuyen varios senderos pastoriles. Aquínos iremos con sentido meridional y de manera ascendente por la traza de pista que se revuelve en dirección a la collada de la Cuenya para descender seguidamente a la laguna de La Sobia. Aquícerramos un circuito montañero de gran belleza y emotividad que nos permite conocer la arquitectura tradicional de las cabañas y corros mimetizados en el propio paisaje. Una vez en la laguna conectamos con el camino de ida.