Opinión | Sol y sombra

Estrategias del perdón

El presidente del Consejo General del Poder Judicial sostiene lo que cualquier persona cabal entiende ya a estas alturas, que la amnistía pactada por Junts y el PSOE es inconstitucional. Esencialmente al tratarse, según expuso Vicente Guilarte en su razonamiento, de una medida "onerosa y no gratuita". El Gobierno está regalando la condonación de graves delitos a cambio de votos. O si lo prefieren, impunidad a los delincuentes para conseguir un apoyo político.

Junts y ERC se encargan, a su vez, de recordar cada día lo onerosa que resulta la ley exigiendo nuevas concesiones a cambio de respaldo, bajo la amenaza de dejar caer a Sánchez si no se aborda la segunda fase de esta disparatada secuencia que consiste en la autodeterminación de Cataluña. Permitir a un delincuente que sea él mismo el que elija los términos de su perdón ni siquiera es una medida de gracia: significa corromper la ley a cambio de un objetivo político personal.

Las cartas boca arriba. No hay interés general que valga en la amnistía, nada de todo aquello que se dijo de reconciliación y pacificación catalana: existe simplemente una necesidad particular por mantenerse en una frágil situación de poder. Todo se ha ido revelando ante nuestros ojos, hasta el punto de que apenas nadie ve firmeza en Sánchez cuando recurre al Tribunal Constitucional para frenar la iniciativa secesionista en el Parlament. El Partido Popular cree que se trata de un paripé, mientras que los independentistas ven "sobreactuación" del Gobierno. Fundamentalmente, porque la propia iniciativa, admitida a trámite por la Generalidad, es materia inabordable y sobreactuada. El mismo Junqueras sobreactúa cuando manifiesta que volvería a repetir el procés y que no le importaría volver por ello a la cárcel. Sabe que eso no ocurrirá en la actual situación, con un Estado desarmado gracias precisamente a que han indultado el delito.

Y, mientras tanto, en media España, la Semana Santa implora el perdón del cielo para evitar la lluvia en sus últimas penitencias.

Suscríbete para seguir leyendo